La importancia de hablar bien

Voz, locución y micrófonos

Una de las características de la radio «pre-podcasts», era que se consideraba a este medio, un medio fugaz, esto es, que si no estabas atento, te perdías el mensaje. Efectivamente, si te daban un número de teléfono que te interesaba y, o no estabas atento o en ese momento se iba la emisión, te quedabas sin la información y todo era rasgarse las vestiduras y rechinar de dientes.

Ahora tenemos los podcasts, no nos preocupa demasiado no haber escuchado la información en el momento de su emisión porque sabemos que, lo normal, es que más tarde o más temprano, aparezca el programa en las páginas web de la emisora y podamos rescatar aquello que nos interesa.

Por otro lado, estamos acostumbrados a que «hablando se entienda la gente», me refiero a que cuando conversamos con gente, nuestros interlocutores tienen en su cerebro, una especie de «dispositivo corrector de errores» que les permiten resolver ciertos fallos que a nosotros nos parecen imperceptibles o simplemente no somos conscientes de ellos.

¡Ay, amigo! Pero cuando nos enfrentamos al micro…, eso es otra cosa. Decía un gran profesor que conocí que: el micro es un cabrón, porque releja todo lo que decimos y no enmascara los fallos, es más, parece que los acentúa. A esto hay que añadir, sobre todo las primera veces que usamos ese «dispositivo diabólico», la sorpresa que nos produce el oír nuestra voz por primera vez de forma extracorporea (o sea, fuera de nosotros mismos…, momento Iker Jiménez).

No apuesto porque seguro que perdería, pero por poco, aún así estoy casi seguro que tod@s los que nos hemos grabado alguna vez hemos dicho eso de: pero esa es mi voz? (dicho en estado de shock, ojos como platos y rojos como tomates), pués sí, sí, amig@ mi@, es tu voz, con ese sonido a trompeta desafinada que jamás hubieras pensado que tenías. Pero eso no es el principal problema, porque a eso se acostumbra uno. Es cuestión de grabarse, escucharse y tarde o temprano nos vamos haciendo a nuestro sonido (Hay gente que hasta llega a gustarse!!!), es mayor el problema de mantener un discurso claro y limpio a efectos de pronunciación. Dice Emma Rodero, que la voz es cuerpo y como tal hay que entrenarla. Debemos aprender a pronunciar, a mover, a utilizar perfectamente todos los elementos que están implicados en el uso de la palabra hablada. Aprovecho la ocasión para dejaros aquí el link a una página donde ofrecen cursos de podcast y de doblaje.

En cualquier caso, para mejorar nuestra pronunciación, lo ideal es practicar, practicar y practicar. Grabarnos, escucharnos y corregirnos. Hombre! Sería bueno saber de respiración, ejercicios de máscara facial, lectura avanzada…, pero poco a poco.

Seguiremos hablando de esto y de otras muchas cosas, hasta entonces, me voy a grabar para escucharme y, si me sale mal, corregirme.

Besotes grandes

Podcast boy